Juntos salvaremos el Ártico

lunes, 25 de noviembre de 2013

Revocatoria ¿Derecho, obligación o voluntad?

Últimamente muchos medios de comunicación, incluso en internet, se apresuran por enfilarse en contra de procesos democráticos como lo son la revocatoria, el referéndum, y todo cual quiere que obligue al pobre ciudadano de a pie a levantarse de su cama, soportar el infernal tráfico limeño, y marcar un maldito recuadro en un papel. ¿Y todo para qué? para que, una vez más, un político haragán se digne con nuestro dinero de los impuestos extorsionadores, que desintegran nuestras ansias de individualismo económino (colindante con el egoísmo propio de una cultura alienada al capitalismo industrial). Pero ¿Qué es realmente la democracia y porque nos parece tan mal tener que ir a votar?

La democracia, tal como nos meten en las clases de literatura desde que aprendemos que una "A" dice "A", fue una creación social de los griegos. Sí, los griegos, esos barbones vestidos de sábanas comiendo uvas en una cama de mármol, panza arriba; o levantando el dedo en una construcción estrambótica parecida a un baño lujoso. Pero, volviendo a la democracia, esta planteaba que todos los ciudadanos (ojo, no todos eran ciudadanos) tenían el derecho (pero no la obligación) de votar. Pero, no votar para elegir a un representante nada más, NO. Era votar para tomar TODAS las decisiones importantes del pueblo de manera colectiva. Ahora, tampoco se votaba porque sí. Siembre había un debate de por medio.La gente conversaba, debatía, discutía, gritoneaba y volaban las sillas por encima de las cabezas antes de hacer la votación. Y cuando se hacía, todos los votos contaban por igual. Entre ciudadanos, todos eran iguales. Pasó el tiempo, llegaron lsos romanos, el circo, el imperio, el coliseo, la sangre, el morbo, la jerarquía y Jesús. Vino la edad media, el renancimiento, Da Vinci, Marat, Napoleón, Garibaldi, Hitler, Stallin, Túpac Amaru II (lapsus), Churchill.... y ¿Algo ha cambiado en el discurso democrático no?

Y es que sí pues, la gente ya no vota por ideas, por propuestas, por leyes. En la verdad de la milanesa, TÚ elijes a los de arriba, que te esclavizarán con sus leyes y la policía. Y a cambio ELLOS te regalan una sonrisa, un kilo de arroz, un tarro de leche, y la ilusión de una democracia pintada. Me gusta llamarlo, la convención de la butifarra. Carajo, una chicha y un sánguche para todo el que vote por mí. Y cuando termine, cómo no, un buen trago sacaronchas. Y que viva el Perú mis cuates. Pero no, en el fondo, algunos sabemos que eso no es democracia: Es NEO FEUDALISMO. El tratado implícito de una sociedad hija de la ignorancia y el egoísmo. El resultado de pagar con "X" en el cuadro un producto etiquetado llamado presidente. La solución ficticia a tus tripas comiéndose unas a otras.

A todo esto, a un grupete de políticos e intentos de ciudadanos, intentos y no logros porque la sociedad neo feudal se los impide, se les ocurrió una nueva idea ¡A la M#$"% con la "democracia" representativa! ¡A la hoguera la dictadura del televisor! Las leyes impuestas ¡A la horca! Lo que a mí me da la gana es la democracia PARTICIPATIVA. Y aquí viene el rollo. Si ya llegaste a este punto, para qué voltear? ya te soplaste mi discurso.

Y es que, la democracia participativa implica que los ciudadanos tomemos NUESTRAS DECISIONES, por NOSOTROS MISMOS. Chau kilo de arroz y tarro de leche "Gloria". Lo que yo quiero es tomar mis decisiones. Total, soy mayor de edad no? "Mamá! tengo DNI :)". En una democracia participativa, los políticos le temen al pueblo, y deciden delegarles a ellos las decisiones. Claro, siempre hay flojos. Siempre hay un sapo que prefiere tirarse desparramado en su cama y dormir hasta las 3pm en lugar de votar. Y por eso hay alta "ausentitividad" cuando son las malditas elecciones. Pero, ¿En serio queremos a esa clase de flojos tomando las decisiones que afectarán NUESTRO futuro? Yo creo que no. Creo que la votación CONSULTIVA y VOLUNTARIA sería el mejor AUTOfiltro para desarraigar del "derecho" a votación a todo aquel que no merece votar. ¿Qué más da si votan cuatro gatos? Que esos 4 preocupados gatos tomen las decisiones, y destierren a los perros si les da la gana.

la Revocatoria te empodera como ciudadano

La revocatoria es un método de infiltrar temor al político que no actúa motivado por el bien común. Es una amenaza clara: "Si sigues hueveando, te revoco". "Si me estanco en el tráfico, te revoco". "Si mi caño bota agua con mercurio, te revoco". Si mi paciencia se agota, te revoco. Si un gallinazo planea en el cielo enfermo del estómago, y decide caer sobre mi techo para morir y apestar toda mi caza a pavo podrido, entonces (...) te revoco. El político debió preveer que eso pasaría.

Ahora, por supuesto que a tu señor neo feudal no le va a gustar que tomes TUS decisiones, a él le gusta tu fragilidad, tu desinterés, tu egoísmo. Gusta de likear tu "apolítica" en FB. Por eso gritará en cuanto medio posible que la revocatoria es maligna. Que tú tienes el derecho fundamental a ser flojo, y que nadie debería perturbarte de tu sueño manejando un ferrari al amanecer en Hong Kong. Pero no. No carajo, NO. Si no quieres tomar tus propias decisiones, si todavía no cumples la mayoría de edad mental, si votaste por el PPC porque no sabías por quien más votar, entonces no mereces votar. Mejor, quédate en tu casa, sin pagar multa. En una votación consultiva-voluntaria es posible. Pero no me vengas a destruir uno de las pocas iniciativas que intentan instalar una verdadera democracia.

Lo que pretenden los referéndums y las revocatorias es hacer que el político OBEDEZCA al ciudadano, y no al revés. Eso sería una verdadera democracia. Para un griego "el idiota" no era aquel que no entendía que 2+2 era 4 (a ese se le llamaba Diógenes). El "idiota" era aquel saco de grasa primate que decidía no votar porque no le interesaba lo público, lo comunitario, lo que le copete a todos. El idiota es simplemente demasiado egoísta para imaginar un bien común. Él idiota industrial prefiere pasarse la vida detrás de su nueva PC Apple Mac, con procesador Intell y cuadros SPSS. Seguir trabajando para su señor feudal, y que este le obsequie un reloj cuando las canas invadan su cabeza. Así, con el reloj de oro, contará los últimos minutos que le quedan de su desperdiciada vida. Apago las luces. Hasta mañana.

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